miércoles, 31 de octubre de 2012

Formar docentes


“El puente que tiende el niño hacia el  mundo circundante es el lenguaje. Por medio  de él tratan de comprenderse el maestro y el alumno. Escucharlo, es una ruta para llegar a su intimidad “ (Martha Salotti)

En el Profesorado del Instituto Summa se piensa la formación trascendiendo los límites de lo escolar, se considera importante  la participación de los estudiantes en ámbitos culturales, científicos, del arte, de investigación. Se proponen prácticas y experiencias diversas en espacios comunitarios y sociales como forma de comprender la realidad e intervenirla, siendo parte de este proceso complejo. De esta manera, los alumnos en los trayectos de su propia formación (en lo personal y como colectivo) construyen sentidos que problematiza la realidad y la hacen transformable, para trabajar con infancias.

La comprensión exige una apertura al otro, al diálogo, a la comunicación. Desde esta perspectiva, la educación es comunicación, es entendimiento, es aceptación de las diferencias.
 Entendemos que la formación docente debe ser una formación humanista, que atienda tanto  al desarrollo de valores como de destrezas intelectuales formales; que implique la apertura a la investigación, la formación continua como actitud permanente.


Creemos que el proceso de formación es: saber que se cuenta con una “imagen del mundo”, pero que esa imagen es siempre provisoria y contingente. Por eso la formación es anticipar sobre situaciones reales, y, sobre todo, estar abiertos a lo que acontece más allá de imágenes previas.

Como se puede advertir, de lo expuesto, se desprende la necesidad de atender especialmente la capacitación de aquellos que tienen a su cargo la responsabilidad de educar en los distintos niveles, es decir realizar ajustes en la formación docente, que permitan formar recursos humanos adecuados a esta nueva perspectiva.

El educador salottiano, movido por el amor, ejerce su rol andamiando, orientando y apoyando a los alumnos. Está dispuesto a trabajar por la paz. Es además, dúctil ante los cambios e innovaciones científicas y sociales, y enriquece en forma permanente su formación. Ha de ser capaz de crear un clima de cordialidad y participación responsable, en comunión con la comunidad educativa.